El 8 de marzo, un niño de 12 años murió baleado por un policía en Tucumán. Se trata de Facundo Ferreira, quien recibió un disparo en la nuca cuando iba como acompañante a bordo de una moto durante una supuesta persecución y posterior tiroteo con la policía por la capital tucumana.
El lunes, uno de los policías imputados por el homicidio de Ferreira quedó detenido por pedido de la fiscal Adriana Giannoni, a cargo de la investigación del crimen. El otro uniformado que participó del operativo, Nicolás González Montes de Oca, declararía este martes y también podría quedar preso.
El agente detenido es Mauro Díaz Cáceres. Según los primeros indicios de la investigación, sería quien disparó contra el niño de 12 años en la zona de “El Bajo”, un barrio de la periferia de San Miguel de Tucumán. La versión policial siempre sostuvo que fue en medio de un tiroteo, aunque la familia denuncia que se trata de un caso de “gatillo fácil”.
El policía fue indagado durante nueve horas por la fiscal Giannoni. Una vez finalizada la declaración, fue aprehendido. Ahora, el juez Victor Rouges deberá definir si el arresto se prolonga.
Florencia Vallino, abogada de la fundación ANDHES que representa a la familia de Ferreira, dijo a Clarín: “Han solicitado la aprehensión con pedido de detención al juzgado N°5. Nosotros insistimos en que hay elementos suficientes para probar que la muerte de Facundo fue en el marco de un caso de ‘gatillo fácil'”.
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