Nahir Galarza mantiene su encierro en la Comisaría de la Mujer y no en una unidad penal de la provincia. Sobre ella -si bien está condenada en primera instancia- existe un dictamen de prisión preventiva porque se cree que si se le concede la libertad que debería tener hasta que el fallo quede firme, podría fugarse.
Según está establecido por Ley, una persona procesada no puede compartir alojamiento en una cárcel con un condenado. No quiere decir que no puede ser llevado a una cárcel común, sino que esa Unidad Penal debe tener espacios físicos diferenciados entre procesados y condenados. Y es en este punto donde está el problema.
En Entre Ríos hay sólo dos cárceles de mujeres: la Unidad Penal 6 en Paraná y el pabellón dispuesto hace un año atrás en la Colonia Penal El Potrero. En ninguno de estos dos lugares hay un espacio físico que sea el específico para alojar procesadas. Lo mismo ocurre con los hombres.
La marca de las tres tiras lanzó la casaca alternativa con reminiscencias a las que usó el equipo entre 1996 y 1997. Con un diseño espacial sin la tradicional banda cruzada, River estrenará este...